¿Qué es el Wellness y como incide en nuestra vida?

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El término «wellness», aunque tiene una traducción al español como «bienestar», se ha arraigado profundamente en la cultura contemporánea en su forma original en inglés. Más que una simple traducción lingüística, «wellness» abarca un concepto holístico de salud y bienestar que va más allá de la ausencia de enfermedad. Se refiere a un estado de equilibrio y armonía entre el cuerpo, la mente y el espíritu, promoviendo un estilo de vida saludable y satisfactorio.

El wellness se basa en la idea de que el bienestar óptimo se logra mediante la atención y el cuidado de diferentes aspectos de la vida, que incluyen la nutrición adecuada, el ejercicio regular, la gestión del estrés, las relaciones interpersonales positivas, la práctica de la gratitud y el desarrollo personal. Se trata de adoptar hábitos y prácticas que promuevan la salud física, mental y emocional, con el objetivo de alcanzar una mejor calidad de vida y un mayor sentido de plenitud.

En la actualidad, el concepto de wellness ha ganado popularidad y se ha convertido en un objetivo deseado para muchas personas que buscan mejorar su calidad de vida y encontrar un equilibrio entre las demandas de la vida moderna y su bienestar personal. Desde programas de ejercicio y alimentación saludable hasta técnicas de relajación y mindfulness, el wellness abarca una amplia gama de enfoques y prácticas destinadas a promover una vida más saludable y satisfactoria.

En este artículo, exploramos más a fondo el concepto de wellness, examinando sus diferentes dimensiones y ofreciendo consejos prácticos para incorporar el bienestar en nuestras vidas diarias.

El National Wellness Institute define el bienestar como «un proceso activo a través del cual las personas toman conciencia de una existencia más satisfactoria y toman decisiones enfocadas a conseguirla». ¿Te resulta extraña esta definición? Pues seguramente sí, porque mucha gente piensa que el bienestar es un cierto nivel de salud física y/o emocional. Sin embargo, se trata más bien de tomar medidas para mejorar ese bienestar en una amplia variedad de ámbitos, no solo el de la salud física.

¿Cuáles son los tipos o pilares que conforman el wellness?

  • Bienestar físico. Este bienestar se refiere a su salud física, por ejemplo, si padeces una enfermedad crónica u otras afecciones médicas como diabetes, hipertensión, colesterol o cardiopatías. También abarca el nivel de forma física; ¿somos capaces de correr un maratón, salir a trotar una hora a paso ligero o nos quedamos sin aliento al subir dos pisos de escaleras?
  • Bienestar mental. La salud mental y el bienestar pueden evaluarse buscando y/o diagnosticando una enfermedad mental como la depresión, la ansiedad o el trastorno bipolar. Hay que tener en cuenta que una enfermedad mental no significa automáticamente un deterioro del bienestar. Muchas enfermedades mentales pueden controlarse adecuadamente con terapia, medicación y/u otras formas de tratamiento.
  • Bienestar emocional. Si bien este bienestar es similar al bienestar mental, se refiere más a nuestra capacidad para manejar el estrés y superar situaciones difíciles. Por ejemplo, si eres capaz de recuperarte/adaptarte (resiliencia) con bastante rapidez cuando te enfrentas a un acontecimiento negativo, se considera que tienes un mayor nivel de bienestar emocional que alguien que no se recupera tan rápidamente.
  • Bienestar espiritual. La fe, las creencias y los valores entran en el ámbito del bienestar espiritual. Por ejemplo, vivir una vida con sentido y propósito conlleva un mayor nivel de bienestar espiritual.
  • Bienestar social. Se trata de nuestra interacción y conexión con los demás, de la satisfacción de nuestras relaciones sociales. Esto incluye a la familia, compañeros de aficiones, los amigos, los compañeros de trabajo y cualquier otra persona a la que vemos y forma parte de nuestra vida con cierta regularidad.
  • Bienestar intelectual. La creatividad, la amplitud de miras y el pensamiento crítico son indicadores de bienestar intelectual. También lo es encontrar formas de aumentar continuamente nuestros conocimientos y habilidades.
  • Bienestar laboral. También conocido como bienestar del empleado o bienestar ocupacional, este tipo de bienestar tiene en cuenta nuestro bienestar en el trabajo o en el puesto dentro de la plantilla o equipo.
  • Bienestar Medioambiental. Esta dimensión abarca todas las áreas de la salud relacionadas con el medio ambiente y, a su vez, la forma en que el medio ambiente puede influir en la salud humana. El bienestar medioambiental incluye consideraciones ecológicas, la participación activa en el reciclaje y la eliminación adecuada de aparatos electrónicos y medicamentos, el ahorro de energía, combustible y agua, y el uso de productos sostenibles. Los recursos enumerados en esta sección son oportunidades diseñadas para optimizar nuestra salud y bienestar general en lo que respecta a los recursos naturales y la preservación del medio ambiente.

¿Por qué es importante el bienestar?

En definitiva, el bienestar tiene que ver con nuestra calidad de vida. Un bienestar óptimo en un área específica significa que estamos viviendo lo mejor posible en ese aspecto.

Por ejemplo, si tenemos un alto nivel de bienestar emocional, podemos notar que somos capaces de mantener la calma cuando la vida se descontrola. Si disfrutamos de un mayor bienestar laboral, es probable que obtengamos mucha felicidad y satisfacción en nuestro trabajo.

Cuanto más alto consigamos cada pilar del bienestar, más mejorará nuestra vida. La buena noticia es que no tenemos que elevar cada uno de ellos individualmente. Todos están interconectados, de modo que las mejoras en un área del bienestar a menudo conducen a mejoras en otras áreas.

¿Existe una conexión entre el bienestar y las relaciones sociales?

Dado que el bienestar requiere acción, es posible que solo pensemos y prioricemos las acciones necesarias para mejorar nuestra salud física y mental. Por ejemplo, aumentar la actividad física, mejorar la dieta, intentar controlar nuestro estrés… No obstante, también existe una estrecha relación entre las relaciones sociales y el bienestar.

Las investigaciones revelan que nuestros vínculos sociales influyen en nuestra salud mental y física. En algunos casos, pueden incluso aumentar nuestro riesgo de mortalidad.

Piensa en la última vez que tuviste un desacuerdo importante con un amigo o familiar. ¿Percibiste un aumento del estrés? ¿Cómo afectó a tu estado de ánimo? ¿Por cuánto tiempo? ¿Deseaste hacer más o menos ejercicio? ¿Continuaste fácilmente con tu dieta o, por el contrario, te dejaste llevar por las emociones e incluso te diste un atracón de tu helado favorito? El estado de ánimo influye mucho en lo que comemos, de modo que no es extraño que nos cueste más trabajo elegir alimentos saludables.

Ahora piensa tranquilamente en un momento en el que la relación con esa persona era más fuerte o sencillamente más agradable. ¿Cómo te sentías por aquel entonces? ¿Te afectaba a la hora de manejar tu estrés? ¿Cómo afectó a tu estado de ánimo la situación? ¿Cómo cambió tus hábitos de ejercicio o de dieta? ¿Cómo afectó a tu concentración en el trabajo o en los estudios? Todas estas situaciones son mucho más llevaderas cuando nuestro apoyo social es elevado.

¿Alguna vez te has planteado que las relaciones sociales también pueden influir en nuestro bienestar favoreciendo el desarrollo de comportamientos más positivos?

Por ejemplo; Si un amigo va al gimnasio todos los días, puede que nosotros nos sintamos más inclinados a hacer lo mismo. O si salimos a comer juntos y este pide una ensalada o pescado a la plancha o un postre saludable a la hora de comer, puede que nos sintamos menos tentados  a pedir esa hamburguesa con patatas fritas.

En el aspecto laboral, ¿crees que existen repercusiones de un programa de bienestar en el lugar de trabajo?

Algunas empresas dan prioridad a la salud y el bienestar personal de sus empleados. Aunque pueda parecer que beneficiaría más al personal individual que a la empresa en su conjunto, las investigaciones realizadas al respecto no están de acuerdo.

Los estudios han descubierto que un bienestar optimo en el lugar de trabajo se traduce en una reducción del absentismo y una mayor moral de los empleados. Además, los empleados más sanos pasan menos tiempo en el médico, lo que reduce los costes sanitarios de la empresa.

Por eso muchas empresas ofrecen un programa de bienestar para empleados o un programa de bienestar corporativo. Estos tipos de programas de bienestar en el trabajo benefician tanto al empresario como al empleado.

Diferentes formas de mejorar nuestro bienestar

Aunque tu empresa no ofrezca un programa de bienestar en el lugar de trabajo o algún tipo de solución de bienestar corporativo, eso no significa que nosotros no podamos tener nuestra “hoja de ruta” propia. Una forma de hacerlo es crear un programa de bienestar adaptado a nuestras expectativas, pero también a nuestras posibilidades.

Este programa de bienestar es básicamente una guía para llevar un estilo de vida saludable. Podemos incluir acciones como:

  • Aumentar la actividad física. Para mejorar el bienestar físico suele ser necesario practicar una actividad física de forma regular. Debemos proponernos hacer ejercicio al menos tres veces por semana. También podemos aumentar la actividad física a lo largo del día con hábitos sencillos de todos conocidos como aparcando más lejos de la puerta del trabajo o subiendo por las escaleras en lugar de coger el ascensor.
  • Seguir una dieta sana. Dar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar al máximo puede mejorar significativamente nuestro bienestar. Consumir una cantidad adecuada de carbohidratos, proteínas y grasa repercutirá positivamente en nuestro bienestar. Un profesional de la nutrición nos dará las pautas adecuadas según nuestras necesidades personales.
  • Desarrollar buenos hábitos de sueño. Si no dormimos bien, lo notaremos en muchos aspectos de la vida. Si bien es cierto que las necesidades no son iguales para todos, lo más habitual es dormir entre 7 y 9 horas cada noche. Puede ser útil desarrollar una rutina antes de acostarse que indique al cuerpo y a la mente que es hora de calmarse y descansar. La meditación y los ejercicios de respiración son dos opciones a tener en cuenta.
  • Ocuparse de problemas o preocupaciones de salud. ¿existe algún problema de salud que nos preocupa constantemente? ¿llevamos tiempo sintiendo que algo no va bien? Pidamos cita en el médico para salir de dudas y tranquilizarnos, la preocupación continua no hace sino aumentar nuestro estrés
  • Prestar atención a nuestra salud mental. Si notamos cambios en nuestro bienestar mental como estar apáticos o tristes o irascibles por largo tiempo; si percibimos preocupaciones infundadas, falta de alegría de vivir…debemos preguntarnos si este sentimiento es una respuesta normal a nuestra vida cotidiana o algo que no está relacionado con la misma. Si percibimos que podemos estar desarrollando un problema de salud mental, lo más conveniente es acudir a un terapeuta y explicarle lo que no sucede, el sabrá los pasos a seguir y cómo afrontar esta circunstancia
  • Controlar nuestro bienestar emocional. En una escala del 1 al 10, ¿cuál es nuestro nivel de estrés? Es conveniente actuar con regularidad para mantener el estrés a raya. Tenemos múltiples opciones a nuestro alcance: practicar algún deporte diferente, aprender una nueva habilidad, interesarnos por una afición nueva….
  • Establezcamos una relación sana con nuestros seres queridos. Las relaciones son una vía de doble sentido. Pongamos de nuestra parte para que nuestro lado de la calle sea lo más sano y libre de baches posible. Esto puede implicar trabajar la compasión o la empatía. O puede que incluso tengamos que dejar de lado algunas relaciones.
  • Tomar medidas para mejorar nuestro bienestar en el trabajo. ¿Estamos contentos con nuestro trabajo? Es importante buscar formas de mejorar nuestro nivel de satisfacción en el trabajo. ¿Podemos flexibilizar nuestro horario o trabajar a distancia si tenemos cosas que hacer en casa? ¿Podemos delegar parte de nuestro trabajo en otra persona si nos sentimos desbordados? Si no estamos satisfechos con nuestro trabajo, puede que haya llegado el momento de cambiar completamente de profesión. Es posible que nos de miedo o que no nos sintamos capaces de salir de nuestra zona de confort…pero, aunque esta opción puede requerir cierto esfuerzo, lo más probable es que merecerá la pena mejorar esa área del bienestar.

Como hemos podido leer, el bienestar va mucho más allá de una dieta equilibrada y un poco de deporte; cuidemos nuestro bienestar integral para una vida más plena.

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