El dolor de espalda en general, y concretamente los espasmos musculares en la zona lumbar, pueden ocasionar diferentes sensaciones; desde una leve incomodidad hasta un dolor generalizado insoportable y limitante. Muchos de los episodios de dolor lumbar son el resultado de tensiones y esfuerzos excesivos. Estos crean tensión en los músculos y tejidos blandos alrededor de la columna vertebral. Una de las formas de aliviar el dolor de espalda es mediante la terapia de calor, un método sencillo, pero muy valioso en el tratamiento de diferentes tipos de dolor lumbar mediante almohadillas y envolturas térmicas, paquetes de gel y baños calientes…
¿Cómo actúa la terapia de calor en el dolor lumbar?
Los mecanismos a través de los cuales nos ayuda el calor son los siguientes:
- El calor dilata los vasos sanguíneos de los músculos que rodean la columna lumbar lo que aumenta el flujo de oxígeno y nutrientes hacia los mismos, ayudando a sanar el tejido dañado.
- La aplicación de calor facilita el estiramiento del tejido blando alrededor de la columna vertebral, incluyendo músculos, tejido conectivo, tendones y adherencias, lo cual disminuye la rigidez y mejora la lesión, aumentando la flexibilidad, algo imprescindible para una musculatura sana y tonificada.
- El calor estimula los receptores sensoriales de la piel, lo que disminuye las transmisiones de señales de dolor al cerebro y alivia significativamente el malestar.
En algunos casos, la terapia de calor es más efectiva cuando es incorporada a otros tratamientos como masajes y ejercicio suave. Entre sus múltiples beneficios debemos destacar que es una forma no invasiva de aliviar el dolor.
No aplicaremos calor en embarazadas, zonas con hematomas, contusiones e inflamación. En caso de hipertensión o problemas cardíacos, consultar con el médico.
Si el dolor ya es más que una molestia y nos dificulta el movimiento o el transcurrir habitual de la vida diaria, consultar con nuestro proveedor de la salud.
