Las zonas de un Spa: Ducha Escocesa
ducha escocesa

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La  “ducha escocesa” o también llamada “ducha alternante de agua caliente y fría” y/o  «bitérmica». Consiste en alternar chorros de agua caliente y agua fría (sin transición) sobre determinadas partes del cuerpo, con un sistema concreto de aplicación para el mantenimiento de la salud y también para tratar, a nivel terapéutico, un amplio número de afecciones o enfermedades.

Los cambios bruscos de temperatura estimulan la circulación sanguínea, ya que provocan una vasodilatación de los capilares, venas y arterias por la aplicación del agua caliente. Seguidamente, provocan una vasoconstricción también de los capilares, las venas y arterias por la aplicación del agua fría. El agua caliente dilata los vasos sanguíneos, lo que favorece la transpiración, relaja los músculos y las articulaciones  haciendo fluir la sangre y calor a la dermis, con lo que se tiene  la sensación de elevación de la temperatura corporal. Al contrario, el agua fría contrae los vasos sanguíneos, reduciendo posibles inflamaciones o congestionamientos superficiales, produce mayor afluencia de sangre hacia los órganos interiores.

Beneficios de la ducha escocesa:

  • reactiva la circulación de la sangre y tonifica la piel.
  • ayuda a recuperar energía
  • mejora el estado de ánimo general de las personas.
  • incrementa la elasticidad de venas, arterias, vasos capilares y vasos linfáticos
  • Aumenta el flujo sanguíneo en los órganos internos
  • Fortalece el sistema inmunológico
  • muy beneficiosa para el tejido conjuntivo (reafirma la piel)

Metodología de aplicación de la ducha escocesa

La ducha escocesa o alternante se realiza en una espaciosa cabina o cuarto de baño donde el cliente permanece de pie, con el uso de varios grifos o boquillas, que proyectan  agua con bastante presión, comenzando por los más cercanos a los pies, y de manera automática va saliendo el agua por las boquillas superiores;  rodillas, muslos, abdomen, tórax y por último la cabeza.

Unos dispositivos tubulares (boquillas) expulsan agua caliente y la otras agua  fría, las cuales se regulan mediante un control de mando para facilitar de forma rápida el cambio de temperatura. Se inicia con chorros de agua caliente hasta que el cliente sienta la piel caliente y a continuación con chorros de agua fría alternadamente, tres veces con agua caliente y tres veces con el agua fría y terminando siempre con agua fría.

La alternancia de las temperaturas recomendadas, deben ser para el chorro de agua fría entre 13 a 18ºC y para el agua caliente entre 38 a 40°C.  La aplicación alternante debe iniciarse con chorros de agua caliente y terminar con chorros de agua fría.

El tiempo de la primera aplicación se recomienda 3 minutos de agua caliente y 3 minutos de agua fría.

Para las próximas aplicaciones se recomienda 2 minutos de agua caliente y 2 minutos de agua fría, y la última aplicación debe ser de 1 minuto de agua caliente y 1 minuto de agua fría.

¿Quién prescribe este tratamiento?

Este no deja de ser un tratamiento terapéutico, por lo tanto, será el médico del balneario el que lo prescriba

La ducha escocesa se debe iniciar por los pies hacia la cabeza, o sea, por la parte más distal del corazón, de abajo hacia arriba hasta alcanzar las regiones superiores del cuerpo y la cabeza, en posiciones de espalda, de frente y en ambos laterales, alternando con agua fría y caliente, con el objetivo de obtener un efecto de hidromasaje.

Para obtener el efecto terapéutico, la presión del agua tiene que regularse entre 2 a 3 atm de presión. El consumo de agua aproximado es de 40 a 45 litros, con un suministro de agua caliente sobre 45ºC y con una cantidad aproximada de 20 litros.

El agua fría se aplica a temperatura ambiente y durante unos segundos para alternarla inmediatamente con el agua caliente, con el objetivo de lograr cambios bruscos de la temperatura en el cuerpo.

En todos los casos es necesario vigilar las posibles reacciones en el organismo del cliente.

Efectos terapéuticos de la ducha escocesa

Los efectos terapéuticos son similares a los producidos por los baños de contraste, pero añadiendo los efectos mecánicos de la presión de los chorros de agua, los cuales le proporcionan un efecto de hidromasaje.

Los diferentes efectos terapéuticos son lo siguientes:

  • Circulatorio
  • Relajante
  • Estimulante
  • Tonificante
  • Drenante

Indicaciones de la ducha escocesa

  • Afecciones vasculares periféricas
  • Condiciones postraumáticas
  • fortalecimiento óseo
  • Contracturas musculares
  • Inflamaciones crónicas
  • Hipertrofia de extremidades
  • Artritis, artrosis, reumatismos
  • Parálisis
  • Traumatología deportiva
  • Reducir el estrés, la depresión y el insomnio

CONTRAINDICACIONES

  • insuficiencia cardiaca y pulmonar
  • hipertensión severa descompensada
  • Insuficiencias orgánicas
  • En la fase aguda de lesiones musculo-esqueléticas
  • insuficiencia venosa severa
  • En enfermedades reumáticas inflamatorias
  • en la época de embarazo

Los cambios bruscos de calor a frío conllevan un riesgo teórico de espasmo de la arteria central de la retina, por lo que se deben tomar las medidas correspondientes para que no alcancen la región ocular, de ahí la importancia de que sea un profesional médico el que supervise el tratamiento.

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