La vida actual nos lleva a un ritmo que en muchas ocasiones nos impide dormir las horas necesarias, incrementándose año tras año previene de la obesidad, accidentes cardiovasculares, demencias como el alzheimer, déficits de memoria…si no que evita la merma de nuestra calidad de vida.
Son muchas las causas que provocan el insomnio, pero según expertos en la materia, los pensamientos reiterativos provocados por las preocupaciones y la ansiedad, afectan significativamente a la conciliación del sueño y producen despertares múltiples y también precoces.
El dormir mal, de forma insuficiente y/o intermitente, tiene como consecuencia que nos levantemos cansados, con ansiedad, irascibles…con falta de concentración, disminución de reflejos, alteraciones de la memoria, sueño diurno…
En momentos complicados, donde los pensamientos intrusivos, indeseables e involuntarios nos impiden conciliar ese sueño reparador que tanto necesitamos, los expertos aconsejan poner en práctica la “técnica de detención de pensamiento”, reduciendo así el malestar, el estrés y la ansiedad que provocan nuestro insomnio.
¿Cómo ponemos en práctica la parada de pensamiento?
A pesar de ser un sistema sencillo, al principio nos costará un poco, pero con un poco de práctica lo conseguiremos.
- Para comenzar, debemos identificar como y cuales son esos pensamientos que tanto malestar nos causan.
- A continuación, elaboramos una pequeña lista de pensamientos y/o situaciones que nos resulten agradables que nos provoquen bienestar y tranquilidad (no debemos centrarnos por ejemplo en proyectos, por muy ilusionantes que sean, ya que pueden resultar repetitivos y producirnos también ansiedad a pesar de ser un pensamiento positivo)
- Cuando aparezca el pensamiento intrusivo, nos dejamos llevar por el mismo durante un tiempo…
- De forma repentina, buscamos uno de esos pensamientos agradables y relajantes, dejándonos mecer por el mismo y permitiendo que se abra paso hasta ocupar toda nuestra mente. Eso nos llevará a relajarnos, reducir nuestros niveles de ansiedad y entrar suavemente en el mundo de Morfeo.
Felices sueños.
